- Más de 30 países asistieron a la Iniciativa contra el ransomware, de dos días de duración, y se comprometieron a trabajar juntos para frenar la ciberdelincuencia
- Los ataques de ransomware han ido en aumento y suelen implicar pagos en criptomonedas
Los aliados de Estados Unidos se han comprometido a reforzar la cooperación en la lucha contra la amenaza cada vez mayor del ransomware y de diversas formas de ciberdelincuencia. El Ministerio de Asuntos Exteriores estadounidense ha revelado los detalles de la cooperación tras una sesión en línea organizada por el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Al evento asistieron unos 30 países, entre ellos Corea del Sur, Reino Unido, Canadá y Japón.
La Iniciativa contra el ransomware, de dos días de duración, se organizó para debatir una mayor atención a la regulación del sector de las criptomonedas tras la reciente oleada de ataques de ransomware que sacudieron las industrias alimentaria y energética de Estados Unidos. El Ministerio de Asuntos Exteriores informó de que los países asistentes acordaron mejorar la colaboración de las fuerzas de seguridad en materia de delitos cometidos con criptomonedas, como el blanqueo de dinero.
«El ransomware es una amenaza de seguridad mundial cada vez mayor con graves consecuencias económicas y de seguridad», se lee en una declaración conjunta.
Los gobiernos reconocen la necesidad de una acción urgente, prioridades comunes y esfuerzos complementarios para reducir el riesgo de ransomware.
Los ataques de ransomware son cada vez más populares. En estos ataques, se utiliza un software de rescate para cifrar los datos del objetivo. A continuación, los datos se mantienen como rehenes hasta que la víctima realiza un pago. La mayoría de los objetivos son grandes corporaciones y empresas con información sensible. Por ello, las peticiones de rescate pueden ascender a veces a millones de dólares.
Los piratas informáticos suelen exigir que los pagos se realicen en criptomoneda para mantener el anonimato.
Un ejemplo reciente es el ataque al oleoducto Colonial. El oleoducto, que da servicio a cerca del 45% de la costa este de Estados Unidos, se vio obligado a cerrar durante días tras un ataque a su equipo informático. Se cree que se pagaron 4,4 millones de dólares en Bitcoin a los piratas informáticos vinculados a Rusia, de los que se han recuperado 2,3 millones.
Los piratas informáticos suelen exigir que los pagos se realicen en criptomoneda para mantener el anonimato.
El cofundador y director de tecnología de Cybereason, Yonatan Striem-Amit, comentaba en un post del 14 de octubre cómo la ciberseguridad se traduce en seguridad nacional para todas las naciones, la necesidad de cooperación global y la regulación de las criptomonedas:
También deberíamos abordar la escalada del ciberespionaje y los ciberataques de los Estados-nación introduciendo una regulación financiera del Bitcoin y otras criptomonedas para luchar contra el ransomware y limitar la capacidad de monetizar la ciberdelincuencia, así como una legislación que actualice las penas asociadas a los ciberdelitos, trabajar con nuestros aliados para actualizar los tratados de extradición de los ciberdelincuentes y fomentar la cooperación mundial para contraatacar […] en el futuro los ciberataques contra objetivos mundiales tendrán un coste. Se necesitan más condenas junto con el establecimiento de reglas de enfrentamiento claras para las operaciones ofensivas.